lunes, 12 de agosto de 2013

NUEVO SISTEMA EDUCATIVO EN JAPÓN “REVOLUCIONARÁ NUESTRO MUNDO”

Se está probando en Japón, un revolucionario plan piloto llamado “Cambio Valiente” (Futoji no henko), basado en los programas educativos Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius. Es un cambio conceptual que rompe todos los paradigmas. Es tan revolucionario que forma a los niños como “Ciudadanos del mundo”, no como japoneses. En esas escuelas, no se rinde culto a la bandera, no se canta el himno, no se vanagloria a héroes inventados por la historia. Los alumnos ya no creen que su país sea superior a otros por el solo hecho de haber nacido allí. Ya no irán a la guerra para defender los intereses económicos de los grupos de poder, disfrazados de “patriotismo”. Entenderán y aceptarán diferentes culturas y sus horizontes serán globales, no nacionales. Ese cambio se está dando en uno de los países más tradicionalistas y machistas del mundo. El programa de 12 años, está basado en los conceptos: • Cero patriotismo. • Cero materias de relleno. • Cero tareas. • Y sólo tiene 5 materias, que son: 1. Aritmética de negocios. Las operaciones básicas y uso de calculadoras de negocio. 2. Lectura. Empiezan leyendo una hoja diaria del libro que cada niño escoja y terminan leyendo un libro por semana. 3. Civismo. Pero entendiendo el civismo como el respeto total a las leyes, el valor civil, la ética, el respeto a las normas de convivencia, la tolerancia, el altruismo y el respeto a la ecología. 4. Computación. Office, internet, redes sociales y negocios on-line. 5. 4 idiomas, 4 alfabetos, 4 culturas y 4 religiones. Japonesa, americana, china y árabe, con visitas de intercambio a familias de cada país durante el verano. ¿Cuál será la resultante de este programa?  
• Jóvenes que a los 18 años hablan 4 idiomas, conocen 4 culturas, 4 alfabetos y 4 religiones. • Son expertos en uso de sus computadoras. • Leen 52 libros cada año. • Respetan la ley, la ecología y la convivencia.       • Manejan la aritmética de negocios al dedillo. ¿Contra ellos van a competir nuestros hijos?    
• Jóvenes que saben más de los chismes de la T.V., que se saben los nombres de los artistas famosos, pero nada de Historia. • Jóvenes que hablan español sólo más o menos, que tienen pésima ortografía, que no saben hacer sumas de quebrados, que son expertos en “copiar” durante los exámenes. 
• Jóvenes que no hablan del espíritu y del amor. Con este nuevo sistema educativo nuestro país saldría del sub-desarrollo, ojalá que este artículo lo puedan leer nuestros gobernantes, políticos, profesores y todos los colombianos, mexicanos, ecuatorianos, argentinos, es decir todos los latinoamericanos.














Artículo tomado de:  www.opepa.org
Imagen tomada de: google





sábado, 10 de agosto de 2013

OÍR ES UN TACTO SUBLIMINADO.

Nuestro mundo está lleno de sonidos que jamás oímos. 
En principio, el alcance auditivo del hombre es limitado: si pudiéramos oír sonidos producidos por una frecuencia menor de 20 vibraciones por segundo, nos volverían locos los zumbidos y chirridos de nuestros músculos e intestinos y los latidos de nuestro corazón. 
Cada paso que diéramos nos haría el efecto de una explosión. Pero aun dentro de la gama de nuestra capacidad auditiva, seleccionamos, escuchamos y prestamos atención a unos pocos sonidos solamente y cerramos el paso de los demás. El ruido nos ataca a tal punto por todas partes que, para defendernos, “echamos llave” continuamente a nuestro oído. Pero al hacerlo así, cerramos los oídos a la espléndida sinfonía de sonidos que envuelve al mundo.

Todo lo que se mueve produce un sonido, de manera que el sonido es un testimonio de que algo ocurre. Así pues, el sonido es una especie de cuarta dimensión, que nos comunica lo que está sucediendo y nos revela matices y complejidades imperceptibles por la sola vista. Si el tacto es el más personal de nuestros sentidos, entonces el oído ( que es como una ampliación de nuestro sentido del tacto, como un modo sumamente especializado de tocar a distancia) constituye el más social de nuestros sentidos.
El habitante de la ciudad, que, torturado por una gran variedad de ruidos, “echa llave” a su capacidad auditiva, se priva de una de las dimensiones de la realidad social.
Hay personas, por ejemplo, que poseen el don de determinar inmediatamente, al entrar en una habitación llena de gente, el estado de ánimo, la situación y el movimiento de los allí reunidos. Todo nos resulta más real si lo oímos a la vez que lo vemos. En verdad, es difícil formase idea de una persona solamente por la vista y sin oír su voz. Y no es tan sólo la voz que nos ilumina acerca de ella. Hasta el ritmo de los pasos nos descubre su edad y su disposición espiritual; si es de alegría o decaimiento, de ira o júbilo.
Por tales razones, el oído es, en cierto modo, de importancia primordial para el hombre como ser social. Antes de que el niño reaccione a  lo que le diga la vista, el olfato o el gusto, reacciona a lo que oído le comunica. Se ha comprobado que el feto humano percibe los latidos del corazón de su madre desde algunas semanas antes de nacer. Esto quizá explique por qué el ritmo arrulla fácilmente a la criatura y por qué las primeras palabras que pronuncia el niño sean sino una repetición de sílabas: pa--pa, ma---ma, ta--ta que tienen el sonido del pulso cardíaco.
El oído del hombre es un mecanismo asombroso. Aunque sus elementos interiores ocupan unos 15 centímetros cúbicos solamente, distinguir de 300.000 a 400.000 variaciones de tono e intensidad.
Una de las facultades más notables del oído humano es su aptitud para distinguir, en medio de una confusión circundante de ruidos, un sonido o voz determinado y localizarlo.

Tal vez nuestra facultad auditiva acabará atrofiándose en una civilización como la actual, en la que hay cada vez más  algarabía. En consecuencia de este exceso de ruido, nos acostumbramos a hacer caso omiso de la mayoría de los sonidos que nos rodean, y con ello nos privamos de muchas cosas que podrían ser para nosotros una fuente de placer y conocimientos. Es una lástima, pues el sentido del oído encierra una sabiduría que nos hace falta.

Tomado de la Revista Selecciones del Reader's Digest Noviembre 1969

vídeo tomado del canal Youtube. 

lunes, 5 de agosto de 2013

"LOS GRITOS NO EDUCAN"

Las prisas, el cansancio o el mal humor nos hacen perder la paciencia con los niños con mucha frecuencia. Si les educamos a base de gritos, cada vez que se portan mal, perjudicamos su desarrollo emocional y lo más importante, les enseñamos a ellos a comunicarse con otras personas, de la misma manera que nosotros lo hacemos con ellos. Debes conocer que hay otras maneras más efectivas de proceder.

Lo primero que debes saber, es que cada vez que nosotros emitimos un grito, acompañado con un insulto que por la calentura del momento muchas veces no  nos damos cuenta que lo decimos, pues estamos dañando su personalidad y seguridad, y pues esto conlleva a producir problemas en su salud mental, como la depresión entre otros.

Generalmente a un niño, oír gritar a sus padres se convierte en algo perturbador para él, si convertimos estas reacciones en algo habitual, él asociará el cumplimiento de las normas con el miedo. Asimismo, con otro riesgo asociado, se asustará tanto de nuestras salidas de tono que acabará separándose y nos verá como una persona autoritaria, distante y lejana.

Otra de las consecuencias de crecer con padres gritones, es que los hijos ven a su vez en los gritos algo cotidiano y también se vuelven gritones, pues lo adoptan como una forma de comunicación válida, convirtiéndose en niños que gritan a otros niños y también a sus padres y hermanos. Se llega a un punto en casa en el que hablar en un tono normal resulta ser algo extraño.

Para evitarlo, lo primero que hay que hacer es dar el ejemplo. Los padres debemos aprender a controlarnos antes de gritar y para eso debemos intentar reconocer los síntomas de la ira para evitar explotar. Eso mismo tenemos que trasladarlo a nuestros hijos, comprender sus sentimientos desde la empatía y sin violencia, enseñarles a expresar sus emociones y sus frustraciones mediante una comunicación sana sin necesidad de gritar.

Siempre que gritamos o pegamos, levemente, moderadamente, ocasionalmente, raramente, siempre estamos dedicando un tipo de atención errónea al niño y ese resulta ser un tipo de castigo que jamás funciona.

Muchos padres piensan erróneamente, que los gritos son el mejor método para enseñarles a los niños algún comportamiento adecuado, lo más triste es que aseguran que resulta mejor que darles una bofetada, pues precisamente es justo todo lo contrario, ya que los gritos son el primer método para ejercer violencia y ellos son los que indirectamente les están enseñando a sus hijos a ejercerla.

Por lo tanto, resulta que los gritos son la primera experiencia que tienen los niños con la violencia, y los niños aprenden a comportarse violentamente a través del ejemplo de sus padres o adultos cercanos. Difícilmente podremos decirle a un niño “no grites”, cuando se le está gritando.

Educar sin gritos, requiere de un esfuerzo que a menudo hace necesario revisar nuestras actitudes, aprender a conocernos mejor y a conocer, entender y descubrir a nuestros hijos.

Los gritos, insultos o indiferencia no educan, únicamente sirven para perpetuar el ciclo de violencia y para dañar los sentimientos y las capacidades que puede tener un individuo.

Tomada del Diario EL TIEMPO.pe

RELOJES INTELIGENTES.

Sony acaba de presentar un nuevo gadget de muñeca que, vinculado con un teléfono o una tableta, funcionaría como una segunda pantalla. El Sony SmartWatch 2, basado en Android llegaría a las tiendas a partir de septiembre. ¿Qué se puede hacer con él exactamente?

Cuando nacieron las tabletas muchos se mostraron escépticos ante este nuevo aparato que actualmente, es esencial para el trabajo y el ocio de muchos. Lo mismo ha ocurrido con Google Glass, una especie de apoyo a los smartphones y las tabletas que podría revolucionar en un futuro no muy lejano el mundo de la comunicación

Ahora, los relojes inteligentes pueden convertirse en un apoyo más de esta comunicación total. 
Como han explicado desde Sony, gracias a la apertura de Android y las distintas aplicaciones que se podrían crear alrededor de este nuevo gadget las posibilidades son infinitas. Además del control de las llamadas y los mensajes el reloj inteligente permitiría saber la ruta durante una actividad deportiva, cambiar el volumen del reproductor de música sin necesidad de sacar el teléfono o la tableta del bolsillo o incluso ver fotos y controlar la cámara a distancia. 

Este reloj se trata de la segunda generación de reloj inteligente de la marca nipona, tras el primer avance desarrollado hace unos seis años. En palabras de Stefan K Persson, Director de Accesorios de Sony Mobile Communications, “la competencia está poniendo en marcha dispositivos de primera generación, mientras que nosotros ya estamos lanzando la tercera de estos dispositivos, con todo el conocimiento obtenido gracias a medio millón de clientes combinado con la experiencia en tecnología de Sony”. 
Apple también está oteando el horizonte de los relojes inteligentes como demostró con su iWatch, pero lo que realmente cuenta al final son las aplicaciones. A este respecto el propio Persson ha explicado que la marca japonesa ya tiene “más de 200 aplicaciones únicas para el Sony SmartWatch
”.
Respecto a su predecesor el nuevo reloj introduce la conectividad NFC que permite el emparejamiento con otros dispositivos con un simple toque, una mejora de la calidad de visualización de la pantalla y una mejora de la batería entre otras tecnologías. Además, mientras no está sincronizado el aparato funciona como un reloj digital independiente.

Esta información se generó a través del siguiente link:
http://www.muyinteresante.es/innovacion/tecno/articulo/sony-smartwatch-2-el-reloj-inteligente-de-sony-441372260893

Colombianos y colombianas, ridículos y ridículas?

Por Héctor Abad Faciolince
Revista Semana agosto 19/2006

Si el manual de estilo obligara a usar el lenguaje incluyente, el título tendría que decir: “cadena perpetua para violadores y violadoras de niños y de niñas”

En estos días una amiga que aprecio mucho por su valor e independencia, Florence Thomas, escribió en El Tiempo que yo era "absolutamente alérgico al lenguaje incluyente". No la desmiento, lo soy, sobre todo si por lenguaje incluyente se entiende la costumbre de reemplazar la letra 'a' y la letra 'o'
por el signo @ (querid@s amig@s), o si cada vez que uno dice "ciudadanos" debe añadir también "ciudadanas".
Dijo también que, a pesar de esta alergia, tendría que acostumbrarme al lenguaje incluyente (el que no excluye a las mujeres), "porque es un debate contemporáneo importante que estamos ganando poco a poco". Y concluyó con una pregunta: "¿Sí o no, Héctor?" Respondo: No, querida Florence, y voy a tratar de explicar por qué no.
El género es una categoría gramatical que no tiene nada que ver con el sexo. Cuando yo digo, por ejemplo, que "las personas tienen estómago", aunque "personas" tenga género femenino no estoy excluyendo a los hombres. Y aunque "estómago" sea masculino de género, lo llevan por dentro los dos sexos por igual. De hecho el órgano viril por excelencia, suele tener en castellano género femenino y (excúsenme los oídos castos) puedo citar los casos de la verga, la polla, la picha y la mondá, cuatro instrumentos idénticos de género femenino, aunque evidentemente de sexo masculino. Y en España, al menos, pasa lo inverso con la parte correspondiente de la mujer y, por típicamente femenino que sea (en cuanto al sexo) el coño, el género de esta palabra es masculino.
Cita Florence en apoyo de su tesis un titular de El Tiempo que decía así: "Piden cadena perpetua para violadores de niños". Thomas se indigna porque la mayoría de las víctimas del delito de violación son niñas y no niños, y siente que El Tiempo, al escribir niños, está dejando en la sombra a las niñas, excluyéndolas, negando su sexo, y propone que el título correcto debería haber sido: "Cadena perpetua para violadores de niñas y niños". En realidad, si el manual de estilo del periódico obligara a los periodistas a usar un "lenguaje incluyente", el título, más exacto, tendría que decir: "Cadena perpetua para violadores y violadoras de niñas y de niños". Sé muy bien que por cada mil violadores hombres, si mucho, hay una violadora mujer, pero si uno se va a poner muy preciso, y si se va a saltar la economía propia del idioma, es difícil saber dónde trazar la raya.
Como el género, insisto, es un asunto gramatical y no sexual, hay una convención en varias lenguas occidentales (español, francés…) según la cual ante un número plural de personas, se usará, por economía verbal, el género masculino, lo cual no excluye a las integrantes de ese grupo específico que tengan sexo femenino.
Si Florence viviera en Alemania no había podido escribir su protesta en el caso de los niños violados, puesto niño, en alemán, es neutro: das Kind. El género es una cosa arbitraria y rara. La palabra mano, en italiano, es femenina como en español, pero su plural (mani) usa la i, que es una típica terminación de género masculino. Se sabe que 'sol' es femenino en alemán (die Sonne, la sol), y luna se dice der Mond (es decir, el luna), y para mayor enredo, ni siquiera la palabra 'muchacha' es femenina, sino neutra: das Mädchen. Con esto quiero demostrar la arbitrariedad que tiene el género gramatical. Es más, hay lenguas no occidentales con muchísimos otros géneros: animal, neutro, dual, de cosa animada, de cosa inanimada, para vegetales, para minerales…

Florence pide "sentido común" en el uso del lenguaje incluyente. No lo pide para las novelas (menos mal) sino para "los documentos oficiales, los discursos políticos, las constituciones, leyes y decretos". El artículo 51 de la Constitución Nacional, por ejemplo, dice así: "Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna". La constitución de Florence diría: "Todas las colombianas y todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna". No me convence; me parece redundante, feo e inútil y me lo seguirá pareciendo incluso si algún día, como escribe Thomas "ganan este debate". Es más, me parece mucho más importante el debate de la vivienda digna que el del lenguaje incluyente.
Creo que en ese debate hay un exceso de susceptibilidad de parte de algunas mujeres. Sé que no todas ellas se sienten excluidas cuando se usa el género masculino para el plural, por simple economía de lenguaje, y no para discriminar. Al fin y al cabo, todas las personas que existen en el mundo pueden ser calificadas con adjetivos negativos, y también la mitad de los oficios y actividades pueden tener una connotación peyorativa. Y en todas esas acepciones negativas, el género masculino carga con la abominación, sin que los de mi sexo protestemos. Si usáramos de verdad un lenguaje incluyente, tendríamos que decir no sólo colombianos y colombianas, sino también asesinos y asesinas, borrachos y borrachas, secuestradores y secuestradoras, violadores y violadoras, feos y feas, brutos y brutas, estúpidos y estúpidas. ¿De verdad les parecería bueno usar el lenguaje así?